jueves, 18 de enero de 2007

LA INCIERTA Y MISTERIOSA VIDA DE


“Hey Sonny, where’d you go?” se preguntaban los Royal Crown Revue en su tema “Hey Sonny”, perteneciente al álbum Walk on fire. Y es que estos exponentes del neo-swing, y amantes de la cultura yanki de los años 40 en general y del boxeo en particular, no podían evitar dedicar una canción al “gran oso feo”, toda una leyenda de este deporte, cuya muerte nunca estuvo clara. Sobre Sonny Liston, quien por cierto, tuvo de sparring a Dorsey Burnette a finales de los 50, nos habla largo y tendido nuestro colaborador Eduardo Álvarez Consul.






Aún siguen siendo un misterio muchas cosas en la vida de un boxeador tan polémico, al que se le negó el pan y la sal en su momento por su pasado criminal y su contacto con el mundo del hampa, a lo que podemos añadir su muerte en extrañas circunstancias. Charles “Sonny” Liston nació en 1932 (algunos lo fechan antes) en el seno de una familia que, contándolo a él, sumaban un total de 25 hermanos. Su padre, Tobe Liston, era recolector de algodón en el estado de Arkansas, y Sonny contaba sólo ocho años cuando Tobe lo puso a recoger algodón, en lugar de mandarlo a la escuela debido a la pobreza en que se encontraba la familia Liston. La norma de su padre era “si ya tienes edad para sentarte en la mesa también la tienes para coger un azadón”. Cuando sus padres se separaron, él se fue a vivir a Missouri con su madre y sus hermanos. Al principio curraba en un empleo honrado, pero con un sueldo miserable. También iba al colegio, donde tiene que aguantar las burlas de sus compañeros por ser analfabeto y su gran estatura. A los 16 años se junta con los peores chicos del barrio y se dedican a asaltar tiendas y restaurantes. De aquella época recordaría: “Lo único que veía era un plato lleno de comida”. En la lista de buscados de la policía era conocido como “negro número uno”, estaba acusado de asaltos a mano armada y robos con violencia. En 1950 ingresa en la penitenciaría del estado de Missouri, allí dentro conocería al sacerdote católico de la prisión, el padre Alois Stevenson, el director de deportes de dicho penal, que lo llevó al gimnasio y guió sus primeros pasos en el pugilismo. De él dijo Liston: “Fue el primer hombre que habló conmigo en lugar de darme órdenes”. El padre Stevenson le puso en contacto con dos hombres del mundo del boxeo que le buscaron hacer una sesión de sparring en la cárcel con un peso pesado local de cierto prestigio, Thurman Wilson. En aquellos momentos, Liston no era más que un aficionado, pero en cuatro asaltos ganó por abandono, pues Thurman se negó a continuar peleando. En el 52, consigue la condicional y comienza su andadura en el boxeo amateur, ganando el campeonato del guante de oro, el título más importante en el boxeo amateur americano, y de donde salen los futuros campeones mundiales. El 2 de septiembre de 1953 debuta como profesional, y en el pesaje anterior al combate, su rival, un púgil veterano llamado Don Smith, le puso de apodo”Sonny” (hijito) al ser un púgil inexperto que debutaba en el boxeo de pago. Al promotor de la velada le gustó el apodo y así lo presentó. Por cierto, Smith sólo le duró a Liston 33 segundos. Es por esa época cuando Sonny Liston tiene sus primeros contactos con el mundo de los bajos fondos, que en aquellos tiempos era de lo más normal. Su antiguo manager, Monroe Harrison, vendió su contrato a Frank Michell, pues además de estar arruinado tenía a su esposa enferma. Michell era la tapadera de John Vitale, el mayor gángster de la ciudad de Saint Louis, donde se había afincado Sonny. Nuestro protagonista no tardaría en conocer a su jefe, John Vitale, que le dio trabajo como descargador de ladrillos. Pero en verdad lo que hacía era poner a raya a los obreros negros que daban problemas. A la vez que se ganaba la vida de manera tan sospechosa, Liston encadenaba sus victorias en el ring. Sólo se le resistió Marty Marchall, que lo derrotó a los puntos. Liston se disculpó que Marchall le había pillado con la boca abierta, “Me estaba riendo”, dijo en las dos siguientes revanchas con el único boxeador que le había derrotado. Lo venció primero por K.O. y luego en el desempate a los puntos. La carrera boxística de Sonny Liston iba bastante bien hasta que volvió a tener problemas con la ley, cuando en mayo de 1956 tiene una bulla con un patrullero de policía y vuelve a estar entre rejas. Al salir de prisión, vuelve a instalarse en Filadelfia junto a su mujer Geraldine. Allí conseguiría la protección de dos capos de la mafia, Frankie Carbo y “Blinky” Palermo, que mandaban en dicha ciudad. En aquellos tiempos la mafia actuaba en el boxeo como una auténtica ave de rapiña. Sólo hay que ver como estaba el contrato de Charles “Sonny” Liston: el 52% era para Frankie Carbo, el 12% para John Vitale, y el 24% para él y su manager Pep Varone. Liston fue el último campeón mundial que caería en las garras de la mafia. Fue el siguiente gran campeón, Muhammad Alí, quien rompió esas ataduras al estar protegido por la secta de la Nación del Islam. Por entonces vuelve a boxear, y en un combate televisado en directo derrota al cubano Julio Mederos por K.O. en el tercer asalto. Es cuando el gran público estadounidense descubre a Sonny. No le cuesta trabajo despacharse a otros boxeadores como Wayne Vetea (al que le partió 7 dientes en los 69 segundos que duró el combate), Frankie Daniels (K.O. en el primer asalto), y Bert Whitehurst, que boxeaba para pagarse los estudios de medicina, y aunque Liston sólo consiguió ganarle a los puntos en las dos ocasiones que pelearon, en el segundo encuentro le salvó la campana. El año 1959 fue decisivo en la carrera del gran oso feo. Aunque peleó en cuatro ocasiones, todas fueron con púgiles importantes. Derrota primero a Mike De John en seis asaltos; luego a dos boxeadores negros a los que el campeó mundial rehuía darles una oportunidad, primero a Cleveland “Big Cat” Williams, considerado el mejor pegador de la categoría al que derrotó por K.O. técnico en el tercer asalto; y el cubano Nino Valdez, también derrotado en el tercer asalto. El cuarto sería el alemán Willi Besmanoff, que llearía a los siete asaltos. Al año siguió estando tan inspirado, volvió a derrotar a boxeadores de la elite de los grandes pesos, como Howard King, y volvió a vencer en la revancha a Cleveland “Big Cat” Williams. Igualmente derrota a Roy Harris, blanco tejano que había disputado el título mundial con el campeón de por entonces Floyd Patterson. Después acaba con otros dos excelentes púgiles negros a los que Patterson evitaba darles la oportunidad de disputar la corona. Pese a las críticas, Liston decidió usarlos como rampa de lanzamiento para catapultar su carrera y poder disputar el título mundial. Al primero, Zora Folley, lo derrotó por K.O. técnico en el tercer asalto, y al segundo, Eddie Machen, lo venció a los puntos. Tras estas dos sobresalientes victorias, Charles Sonny era el indiscutible aspirante a la corona de los pesos pesados, pero el campeón no le daba su oportunidad, y su manager Cus D’Amato, futuro entrenador de José Torres y Mike Tyson, se dedicaba a proclamar su pasado criminal a todo el que le escuchara, claro que la prensa deportiva y los aficionados no pensaban lo mismo. Por entonces Liston compró el contrato a su manager, Pep Varone, y tras tener un manager que no le duró nada, se puso en manos de Jack Nylon, un millonario sin ninguna relación con el mundo del boxeo. Luego, siguiendo su campaña de rehabilitación, aceptó compartir con Patterson la retransmisión por circuito cerrado de dos veladas. El cuatro de diciembre de 1961, Liston se enfrentaba al germano Albert Westphal, campeón de Alemania, a quien derrotó en el primer asalto; mientras Patterson defendía su título en Toronto, Canadá, contra el desconocido Tom Mc Neely, a quien derrotó en el cuarto asalto. La gente seguía pensando que Liston merecía una oportunidad, hasta el presidente John Kennedy llegó a pedir una oportunidad para Liston por el campeonato mundial de los pesos pesados. Antes de que ocurriera todo esto, el presidente Kennedy había invitado a Floyd Patterson por ser el primer campeón mundial que recuperaba el título después de haberlo perdido, Patterson le dijo que el siguiente rival sería Liston. El propio Sonny dijo: “Si no se lo hubiera dicho al presidente no me hubiera dado la oportunidad, pero cuando se le dice al presidente de los Estados Unidos algo, hay que hacerlo”. Pero a Sonny Liston le siguieron poniendo piedras en el camino para pelear por el título. Las autoridades neoyorkinas, por entonces las peleas se solían celebrar en la ciudad de los rascacielos, estaban convencidas que Liston no había roto sus vínculos con el hampa, por lo que no podía pelear allí. ¿Dónde podía ir?, el doctor Charles Larson, presidente de la Asociación Nacional de Boxeo, que haría todo lo posible para que no se celebrase la pelea Patterson-Liston, dijo “Si Liston llegara a ser campeón antes de rehabilitarse sería una catástrofe”. Tubo que ser Sir David Harrington Angus Douglas, duodécimo marqués de Queensberry, descendiente del octavo marqués de Queensberry, el creador de las reglas del boxeo moderno, quien le quitara hierro al asunto, “Si ahora no está en la cárcel es porque está en paz con la ley, y si es un buen boxeador tiene derecho a pelear con Patterson”. Por aquellos tiempos el movimiento pro-derechos civiles, liderado por el doctor Martin Luther King, estaba consiguiendo grandes avances por la integración de la comunidad negra, y veían a Floyd Patterson como un hermano que actuaba de paladín por la causa, y si Sonny Liston, ex delincuente y ex convicto, ganaba, traería problemas al movimiento pro-derechos civiles. Percy Sutton, director de la Asociación nacional Para el Progreso de las Personas de Color lo dejó claro: “Estoy a favor de Patterson porque él nos representa mejor de lo que podría hacerlo Liston”. Para muchos miembros de la comunidad negra, que ganara Liston suponía volver a los inicios ahora que los hombres negros estaban en el mudo del blanco que llegara Liston era volver a los comienzos. Los papeles estaban repartidos, el campeón Floyd Patterson era el negro bueno, y el aspirante “Sonny” Liston era el negro malo. El día 25 de septiembre, Charles “Sonny”conseguía al fin la oportunidad soñada de pelear por el campeonato mundial de los pesos pesados. Antes de iniciar la contienda, celebrada en el Comiskey Park de Chicago, varios ex campeones mundiales y algún campeón mundial subieron al ring: Joe Louis, Rocky Marciano, Jim Bradock, Ingemar Johanson, Ezzard Charles, Barney Ross, Dick Tige,rArchie Moore que todavía seguía en activo... Todos los invitados fueron aplaudidos por el público, salvo un joven púgil de Lousville, Kentucky, que había ganado la medalla de oro de las Olimpiadas de Roma en 1960, que fue abucheado por el respetable por su fama de hablar más de la cuenta, por supuesto nos referimos a Cassius Clay (todavía no había ingresado al Islam y cambiado su nombre a Muhammad Ali). Además de cantantes y actores, se encontraban entre el público gente de la mafia que estaban a favor de Liston. De alguna manera era como un homenaje a Frankie Carbo, jefe honorario a quien habían encerrado en Alcatraz por gestión ilegal (en gran parte por gestión ilegal de “Sonny” Liston) y por extorsión. El apoyo de los gángsters no se debía por ser uno de los suyos, sino que consideraban a Patterson un blandengue que hablaba de sus miedos como una damisela, y que seguía a su manager Cus D’Amato, al que consideraban un cantamañanas. Para ellos, Floyd Patterson era lo menos parecido a un campeón mundial de los pesos pesados “Patterson era un bicho raro, un vegetariano o algo parecido”. La pelea en sí no tuvo mucha historia, Liston le clavó sus jabs y sus derechas a la cabeza, mandándolo a la lona cuando sólo estaba en el primer asalto. “Por el modo en que cayó supe que no se levantaría” diría Liston más tarde. Patterson exclamó “quiero volver a pelear con él”, a lo que un periodista respondió “¿pelear otra vez?, ¿acaso has peleado esta noche?” pues Patterson sólo le había durado un minuto al recién proclamado campeón. Una vez conquistado el campeonato mundial de los pesos pesado, “Sonny” Liston esperaba que la gente le perdonara todo su pasado delictivo. Como ya había dicho el 26 veces campeón mundial de pesos pesados de 1937 a 1948 Joe Louis: “La única manera que tiene “Sonny” Liston de cambiar su vida es convertirse en campeón del mundo”. Cuando Liston se dirigía a Filadelfia, su ciudad de residencia, le contaba a su amigo Jack Mc Kinney que, ahora que era campeón mundial, pensaba demostrarle a todo el mundo que era un hombre nuevo, que quería conocer al presidente y ganarse a la Asociación Para el Progreso de las Personas de Color, aunque se hubiera decantado por Floyd Patterson, y que visitaría los guettos, a las iglesias negras, y que quería ser un campeón del pueblo. Pero cuando el avión aterrizó en Filadelfia nadie le esperaba, y en el ayuntamiento no le recibió el alcalde, “Esto es lo que hay” dijo, viendo que no lo querían ni la APPC ni fue recibido en la Casa Blanca. El combate de revancha contra Floyd Patterson, que sería la primera defensa que hacía de su título, se celebró en Las Vegas, una ciudad muy distinta a la que es hoy, de hecho, los promotores decidieron que se celebrase allí porque era una ciudad semivacía, y era un negocio de la mafia con sus casinos, hoteles y autoservicios. Su manager, Jack Miton, quiso que se concertase en las afueras de la ciudad, a lo que Liston se negó porque en aquellos momentos ya había asumido que no podría ser un campeón modélico como sus hermanos de raza Joe Louis, Jersey Joe Walcott y Floyd Patterson. Sonny y su esposa Geraldine quedaron encantados con Las Vegas, y cuando su manager le volvió a decir que tenía que entrenarse en las afueras de la ciudad como un monje, le respondió, “Vete a tomar por culo, nos quedamos aquí”. Un periodista le preguntó si Patterson no le había tocado en la primera pelea y si esta iba a ser mejor, a lo que Sonny contestó “Quien pague por este combate será un idiota, va a ser peor que el primero”. La revancha se celebró el 22 de julio de 1963, y unos días antes de la pelea, un jovencísimo Cassius Clay persiguió a Liston por la ciudad del juego (como hiciera Jack Johnson a principios del siglo para que el canadiense Tommy Burns le diese la oportunidad de disputarle la corona de los grandes pesos), entrando una noche en un casino donde jugaba el campeón, y Clay empezó a reirse de él, Sonny sacó un revolver y empezó a dispararle, lo que le hizo huir, luego se disparó a sí mismo y todo el mundo vio que era una pistola de fogueo. En la pelea de revancha contra Patterson volvió a destrozarle por K.O. en el primer asalto, durando la pelea cuatro segundos más que el anterior. Tras el combate, Clay subió al ring y empezó a decirle que la pelea había sido un fraude, que el propio Liston era un fraude, y que él era el verdadero campeón. Cuando iba a dirigirse al rincón de Liston, tres policías lo detuvieron. Cassius Clay, que por entonces predecía en que asalto ganaría a sus rivales esputó a Liston “Lo voy a tumbar en el octavo”, mientras sacaba sus ocho dedos al aire, y añadió “¡que no me hagan esperar!, ¡en el octavo!”. Y cuando le entregaron a Liston el cinturón de campeón del mundo éste le respondió a Clay “Esto es algo que nunca tendrás”. Aunque todo el mundo pedía un duelo entre Liston y Clay, el campeón prefirió dar una gira de exhibición por algunos países de Europa, pero tuvo que regresar a su país cuando se publicó que tenía dos hijas secretas: Mary, de 17 años, y Eleonor, de 12. Si su edad real era la que decía, unos 31 años, “Sonny” había sido padre a los 14. Liston tuvo que limpiar su imagen y contrató al legendario ex campeón mundial del peso pesado Joe Louis como asesor y relaciones públicas, y aceptó mantener charlas con los aficionados en el gimnasio mientras entrenaba y escuchaba la canción “Night Train” de James Brown. La verdad es que Joe Louis estaba allí sobre todo para decirle a la gente lo buen chico que se había vuelto “Sonny” Liston.
El campeón acababa de mudarse a Denver, y hasta allí fue Cassius Clay con un autobús que se había comprado hacía poco, lo había pintado de rojo y blanco, y como en la película Más dura será la caída, hizo de él un cuartel general sobre ruedas, además de un vehículo publicitario. Con pintadas que decían: El púgil más vistoso del mundo, Liston caerá en el octavo. Más tarde, junto a algunos amigos, se dirigió a la casa de Sonny Liston, y al llegar a Denver llamó a todos los periódicos y agencias de noticias de la ciudad para que viesen un magnífico espectáculo. Llamaron a la puerta y salió el propio Liston, Clay empezó a insultarle y provocarle diciéndole que se atreviese a luchar con él. Los vecinos terminaron llamando a la policía. Clay quería que lo viese como un payaso y un charlatán. Después de una pelea en Londres en la que Clay venció al púgil inglés Henry Cooper, campeón británico y campeon de la Commonwelt, por K.O. técnico y con muchos apuros salvándole la campana y estando contra las cuerdas, apareció en el vestuario Jack Nylon, manager de Liston, que les dio la noticia: “He volado 5.000 Km. Para comunicártelo, estamos dispuestos”. Finalmente el joven Cassius Clay había conseguido que se le diera la oportunidad de pelear por el título mundial, aunque para nadie era el favorito después de las dificultades que tuvo para derrotar a Henry Cooper. El equipo de Liston no lo veía más que como una perspectiva de dinero fácil. La pelea por el título mundial de los grandes pesos tendría lugar el 25 de febrero en Miami, la idea era que fueran muchos turistas, aunque los promotores de la pelea no las tenían todas consigo: Charles “Sonny” Liston era un negro con antecedentes criminales y ex presidiario vinculado a la mafia, y el aspirante Cassius Clay un negro charlatán y atrevido que tenía relación con los musulmanes negros de la nación del Islam. Además, Malcom X, ministro de la Nación del Islam, se había hecho íntimo amigo de Clay y había ido a verlo a su campo de entrenamiento. Los promotores convencieron a Malcom X para que dejara la ciudad y volviera el día del combate, dándole a cambio un asiento de primera fila, el número 7, cerca del rincón del aspirante. El día del pesaje oficial, Cassius Clay iba provocando al campeón, caldeando el ambiente acompañado de sus entrenadores Angelo Bundee, Drew “Bundini” Brown, del mítico ex campeón mundial de peso welter y medio Ray “Sugar” Robinson, y de uno de sus managers, pues entonces Clay tenía como representantes un grupo patrocinador de su ciudad natal. Iba gritando “Soy el boxeador más guapo del mundo”, “Ese oso grande y feo de Liston caerá en el octavo asalto”, “En el octavo asalto se verá que soy el mejor”. Clay hizo tanto ruido que le pusieron una multa de 2.500 dólares que le redujeron de su bolsa del combate. Tras las pruebas médicas del pesaje, todo el mundo creía que estaba asustado de Liston. El gran oso feo estaba completamente seguro de derrotar a Clay, igual que lo estaba todo el mundo, que veían al aspirant como un charlatán sin pegada alguna. Cuando el campeón subió al ring hubo hasta uno que gritó “¡Mata al negro, Sonny!”, y Clay dijo a Liston, que llevaba puesto el cinturón de campeón del mundo, “¿Para qué quieres eso?, ¿Para sujetarte los pantalones?”. Todo el mundo se preguntaba cuánto le iba a costar a Liston derrotar a Clay, ya en los cuatro primeros asaltos no consiguió el primero castigar al aspirante con ningún golpe mientras este bailaba alrededor suyo sin parar de insultarle y reírse a su costa, lanzándole jabs que lo ponían en evidencia y le habían producido varios cortes, incluso habían estado a punto de mandarlo a la lona. Al final del cuarto asalto, Clay le dijo a su entrenador Angelo Bundee que no veía absolutamente nada, se decía que Liston había puesto algún líquido en los guantes, aunque Clay años después dijo que era árnica que le habían puesto en los músculos y que le habían rosado sin querer. El aspirante quería abandonar, pero Angelo Dundee no le dejó, a sabiendas que no le volverían a dar otra oportunidad para el gran título, le puso agua en los ojos y le dijo “¡Sal ahí y no pares de correr!”. Clay aguantó a Liston el asalto que llevaba éste ganando por puntos, pero al siguiente y ya con la vista más despejada, siguió lanzándole golpes a un Liston que estaba pagando su edad y el no haberse cuidado mucho para la pelea. Al término del sexto asalto el campeón decidió no continuar, perdiendo por K.O. técnico y consiguiendo Clay el cinturón mundial de los pesos pesados. Nada más anunciar el arbitro el veredicto, Clay salió corriendo por el ring gritándole a los periodistas que no habían dado un duro por él “¡Ahora os tragáis vuestras palabras!”. Nadie por aquellos días se lo podía creer, la reputación de Liston estaba por los suelos al haberse negado a continuar y perder por abandono. Incluso en la cárcel donde había estado Liston como recluso, cuando terminó la retransmisión del combate por la tele, los presos se tomaron a escarnio su derrota y los gritos se oyeron hasta más allá de los muros. El gran oso feo alegó que estaba lesionado, el médico de la comisión de boxeo le detectó una lesión en el hombro, pero nadie le creyó. Mientras, Clay en la rueda de prensa hizo pública su pertenencia a la Nación del Islam, y anunció que ya no se llamaría Cassius Clay JR., sino Muhammad Alí, lo que hizo que después la Asociación Mundial de Boxeo no lo reconociera como campeón. Pero el Consejo Mundial de Boxeo sí lo reconoció como tal. Aún hubo tiempo de firmar la revancha entre Alí y Liston, tendría lugar el 16 de noviembre de 1964 en Boston. “Sonny” Liston se preparó lo mejor que pudo, como en los inicios de su carrera, haciendo lo que se suele hacer de preparación para un combate de boxeo, e incluso llegó a trabajar con un instructor de artes marciales para ganar agilidad, entrenándose en un club de judo y kárate. El nuevo campeón también se preparaba a fondo, y sabía además que su contrincante no era ningún jovencito, y los promotores de la pelea se frotaban las manos hasta salirles fuego pues además de la buena taquilla que iban a hacer, estaban los derechos de retransmisión por radio y televisión. Pero el combate tuvo que ser aplazado pues a Alí tuvieron que operarle de una hernia, retrasando la contienda hasta el 25 de mayo de 1965,teniendo lugar en Lewiston, Maine, en lugar de Boston. Lewiston, pese a ser una localidad pequeña, tubo unas grandes medidas de seguridad, pues estaba muy reciente el asesinato de Malcom X. Alí había dejado de ser su amigo por las disidencias de Malcom con Elijah Muhammad, líder de la Nación del Islam, y se rumoreaba que el siguiente en caer muerto sería el campeón mundial de los pesos pesados.

HOSTIAS EN LA PANTALLA
La figura de Liston ha sido varias veces representada en el cine, aunque hasta ahora siempre condicionado por el protagonismo de Mohamed Alí. La primer vez fue en el film Yo, el mejor (The greatest), dirigida en 197? Por Tom Gries y Monte Hellman, basado en la autobiografía de mismo título. Ni que decir que el propio Alí se interpretaba a sí mismo. En esta ocasión el papel de Liston recayó en Roger E. Mosley, rostro habitual de las blaxploitations de la época (Hitman, El predicador, Goldie el chulo...). Esta película se encuentra con facilidad en video y DVD en el catálogo de Columbia. En la reciente Alí (Michael Mann, 2001), es Michael Bentt, un actor con sólo unos pocos títulos en su carrera, quien encarna al excampeón mundial, mientras la estrella Will Smith da vida al protagonista de la cinta. Pero hay que recordar que en 1995, Jeff Lieberman -autor de cintas de culto como Gusanos (1976) y Destello azul (1976)- dirige para TV el documental de 60 minutos The misterious life and death of a champion, disponible en video de importación. Aunque debemos de agradecer al éxito del film de Michael Mann, que para el año que viene se estrene en los cines (quién sabe si en España llegará a la gran pantalla) Night train, donde el encargado de dar vida al “Gran oso feo” es Ving Rhames, a quien hace poco vimos interpretando a un campeón mundial de pesos pesados en la última película de Walter Hill, Invicto (2002). Night train cuenta con un guión de Shane Salerno (Shaft) y la dirección de William Friedkin (El exorcista, A la caza, Desbocado...) Mientras esperamos su llegada, podemos ver algunos de sus combates en VHS en la colección Boxeo, y el documental sobre Muhamed Alí estrenado en VHS y DVD poco antes del film de Mann.
- Alfonso & Miguel Romero -
El combate no tuvo mucha historia, pues Alí se desembarazó de él en el primer asalto, y luego se puso desafiante mientras Liston estaba tendido en el suelo y a su lado el árbitro, el ex campeón mundial de peso pesado Jersey Joe Walcott. Tras aquella pelea, el gran oso feo no volvería a ser el mismo, tardaría un año en volver a pisar un ring. En su regreso estuvo años peleando en Europa, en Suecia para ser más exactos, derrotando a púgiles de mediocre categoría. Sus pretensiones de volver a estar entre los mejores se desmoronaron cuando perdió ante su antiguo sparring Leotis Martin en el noveno asalto. Su siguiente pelea fue contra Chuck Werner, futuro aspirante en 1975 a la corona mundial de los pesos pesados que ostentaría por entonces Muhammad Alí, después de haber recuperado el título contra George Foreman, y en el que Silvester Stallone se inspiró para crear a Rocky Balboa. Liston lo derrotó por K.O. técnico en el décimo asalto, y a Werner le tuvieron que poner 57 puntos de sutura. Esa sería la última pelea de nuestro protagonista, pues seis meses después, el 30 de diciembre de 1970 su esposa lo encontró muerto en su casa de Las Vegas. Geraldine había ido a visitar a su madre, cuando encontró el cadáver a su regreso éste llevaba dos días muerto. La muerte de “Sonny” Liston sigue siendo uno de los grandes misterios en la historia del boxeo. Los médicos detectaron una sobredosis de heroína, pero en los ambientes policiales se rumoreaba que lo mataron. Charles “Sonny” Liston tuvo un entierro muy al estilo Las Vegas, en el funeral había en primera fila gente del mundo del espectáculo, caso de Ella Fitzgerald, Doris Day, Ed Sullivan y su colega Joe Louis. La misa la ofició su amigo el padre Murphy, que vino en avión desde Denver y dijo “De los muertos sólo se debe hablar bien” y “Sonny tenía virtudes que pocos conocían”, mientras en féretro de Liston recorría el Strip Boulevard, la avenida más importante de Las Vegas, por última vez. Como bien el padre Murphy resumió “Lo estuvieron utilizando toda su vida, y después de muerto lo seguían utilizando. Ahí estaba otro show de Las Vegas. Que Dios nos valga”. En su lápida reza “Charles Sonny Liston. 1932-1970. Un hombre”.

- Eduardo Álvarez Cónsul -

2 comentarios:

Eduardo Alvarez Consul dijo...

Muy buenas Eduardo. Este es el principio de tu carrera de blaxblogger. Que te sea de mucho provecho y, ya sabes, es bueno verte disfrutar y apasionarte con tus artículos remasterizados.

El Chivi

Anónimo dijo...

En nombre de las alumnas de educacion infantil, muchas gracias por habernos hecho disfrutar y conocerte en la charla organizada para hoy,.GRACIAS Y ENHORABUENA